por las calles atestadas de personas que corrían de un lado al otro y hacían interminables colas para ver las obras de arte. Un domingo en Firenze sin ningun apuro es toda una experiencia.martes, 12 de octubre de 2010
Firenze en domingo
Debe haber pocos lugares en el mundo donde haya más turistas que en Firenze un domingo; de modo que fiel a mi estilo, busqué un lugar frente al Duomo y me senté a descansar, tomar un capuccino y dejar pasar el tiempo. Luego caminé sin rumbo y ni propósito
por las calles atestadas de personas que corrían de un lado al otro y hacían interminables colas para ver las obras de arte. Un domingo en Firenze sin ningun apuro es toda una experiencia.
por las calles atestadas de personas que corrían de un lado al otro y hacían interminables colas para ver las obras de arte. Un domingo en Firenze sin ningun apuro es toda una experiencia.
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